20 julio 2006

Super Tele


Es bastante "guai" jactarse de no ver la tele, eso ya lo sabemos todos; pues yo sí la veo, no demasiado, pero lo sufiente como para dejarme atrapar por las garras de algunas series. Concretamente las de médicos, de hospitales (menos Hospital Central) que no entiendo por qué me gustan tanto, pero lo cierto es que me fascinan.

Todo empezó con Urgencias hace años donde babeaba con el pediatra Clooney, que me tenía loquita. Un guapo-guapo, no guapito; tan "un hombre como dios manda", y encima pediatra, pues claro, es como para volverse loca. Pero la serie no sólo me gustaba por eso, lo que me enganchaba era la atmósfera en la que pululaban los personajes, todos bajo el techo de un lugar tan desagradable como un hospital, pasando horribles apuros para salvar vidas, y todo ello bañado con una dosis de humanidad arrolladora. Por eso nos sentimos identificados los ajenos al mundo médico.

Luego llegó House y su bordería genial que, aunque es siempre lo mismo, mola. A Hugh Laurie le han hecho un estilismo tan brutal que se ha convertido en uno de los hombres más atractivos que hay. Es muy alentador, francamente, porque el pobre tenía una pinta bastante penosa. (Engañémonos: todos somos susceptibles de mejorar nuestro aspecto según van pasando los años.) Y ahora estoy inmersa en el hospital de Seattle, con Ellen Pompeo y el buenorro de Patrick Dempsey. Creo que en otra vida fui cirujano, como Meredith. En otra, porque en ésta me baja la tensión con ver una gotita de sangre...

En todas estas series es esa atmósfera de compañerismo, de alegrías y miserias, la que me mantiene atenta a la pantalla, por muy utópico que sea todo. Qué más da.

Lo siento por todos aquellos a los que su elevado intelecto les impide ver una serie; ya les gustaría disfrutar tanto como lo hace una servidora. Eso que se pierden. Ya lo creo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no era muy de hospitales hasta que pasé un mes ingresado con el riñón partido en dos. Luego se me murió Pilu en el Hospital General de Asturias (¿para qué mierdas quieren una televisión autonómica si el hospital más grande del Principado se cae a trozos?) y volví a coger la neura.
Tampoco era muy de series de hospitales hasta que conocí a House y a Grey. En estos hospitales todavía aguanto.

Anónimo dijo...

Querida Hamilton,

Espero que entiendas porqué los hospitales no me gustan pero nada. Alguna vez sí me entretengo con esas series pero sólo porque me intriga ver como averiguan qué enfermedad es...entonces me alegro por el enfermo,y deseo que se cure...después de todo, lo único que importa en esta vida es la salud. Por cierto, creo que ayudaría a la cura tener un médico tan guapísimo como el de la foto. A mí por lo menos.

Rafa dijo...

hospitales... lagarto, lagarto.

Anónimo dijo...

por estos lares,nos ponen una de
dos cirujanos de estética que ...

Anónimo dijo...

cuando la descubrí...
no daba credito...
sexo...mucho
sangre...muchisima
imaginacion...infinita

Anónimo dijo...

Me atraen cero, no un cero cualquiera, un "cero patatero"!!!
No soy nada intelectual y he seguido recientemente una serie (Dos metros bajo tierra) Así que no voy de "guais" cuando digo que con esas series se me derrite el cerebro con tanto guapo/a y sus tejemanejes engañabobos. (Sigo adorando las palabras compuestas)

Dagnino

Elena Taboada dijo...

Mi cerebro es que está ya muy derretido. Es lo que tiene. Maestro... ¿no se le derrite a usted el cerebro con bazofias inmundas como "Queer as folk"?
Je, je.

Anónimo dijo...

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