28 marzo 2006

Un buen manotazo de vez en cuando



Yo pensaba que podría escribir textos con esa gracia ingeniosa que algunos blogotas plasman por ahí. Es increíble lo ilusos que somos algunos seres humanos. Vamos, es que ni por el forro. Lo cierto es que se me ocurren muchas cosas que contar, pero casi todas para expresar mi furia hacia ciertos especímenes con los cuales comparto vagón, escaleras, ascensor, mesa, butaca, fila, etc...

Intento "de veras" llegar a Cuzco en paz interior, pero no puedo evitarlo, la cara de Michael Douglas se aparece en mi cabeza en diversas situaciones. Hay momentos en los que antes de responder verbalmente a algún individuo, escucho ese click en mi cabeza, el click de la escopeta de Michael en "Un día de furia". Sí, lo tengo que reconocer. Por eso quería hacerle un homenaje. (Ahora es cuando algunos me dirían "Je-sús, qué mal carácter tienes". Pero de eso nada, y quien esté limpio que tire la primera piedra. Porque lo que es yo, tengo muy buen carácter; vamos, fuera de la zona laboral, Blancanieves a mi lado es un lobo feroz.)

Puede que necesite un curso de "zen + yoga + pilates", pero lo cierto es que después de visualizar a Michael, el pensamiento siguiente es una casa en la montaña o cerca del mar, fabricando mermelada de frambuesa en tarros de esos con tapa de cuadritos. Es un pensamiento que se acentúa la mayoría de los días en cuanto entro en la oficina y veo a todo el mundo correteando alrededor del ordenador, del jefe o de la cafetera. De repente me codifico, como el antiguo Canal +. Y no entiendo nada. Pero siempre hay alguien que se encarga de darme un manotazo, como a un televisor, y entonces vuelvo a funcionar, desaparece Michael, la casa en la montaña, y vuelvo a ver lo "sensacional" y "fantástico" que es formar parte de los cinco millones de habitantes de la urbe.

15 marzo 2006

TRANSEUNTES


Cuando uno deja atrás los vagones y emerge de las profundidades terrestres, se puede encontrar con una docena de seres humanos ofreciendo a destajo papelitos de "publicidad". Unos metros más adelante están esperando los repartidores de diarios gratuitos, equipados con uniforme y todo el kit... Pero vaya, que no cuela.

Yo había aprendido a decir tajante "no, gracias", pero alguien me removió las entrañas y hay días que cojo alguno. Acepto papelito cuando se trata de un señor mayor o de los gurús africanos. Los gurús africanos están ya más vistos que el tebeo, pero a mí me hace gracia descubrir la frase del papelito: "No hay problema sin solución". Es genial leer eso cuando uno está a punto de entrar a trabajar. Es como romper el hielo rutinario. El "Profesor Assia", dice que coge los problemas y "los soluciona inmediatamente con resultados positvos y garantizados al 100%, de 3 a 7 días como máximo. Todos los días de 8 a 22h." Mmm...

El tema es, ¿debemos coger papelito para no ser unos desalmados? Si lo cogemos, ¿necesitaremos un carro para transportar todo el material gratuito? ¿Por qué no nos dejan en paz a los transeúntes?

06 marzo 2006

Personas humanas


Ratoncito Witherspoon ha ganado un Oscar. No lo hace mal la chica; es más, lo hace muy bien, pero francamente Felicity Huffman (Transamerica) se lo merecía 500 veces más. El tema es que da todo un poco de repelús; ratoncito es muy rubia e hizo un buen papel, y en cuestión de días se convertió en la novia de América. Fue portada en febrero de una de las revistas de referencia fashion de los States, W, y cuenta en ella que es una chica muy muy perfeccionista, (su madre la llamaba “doña perfecta” porque aseguraba que de mayor sería la primera mujer presidenta de EEUU), que es muy disciplinada, (se toma su matrimonio como un trabajo), sensible (qué sensibles son las estrellas, oye), muy trabajadora (no podía faltar, se une con esto a ese grupito de famosas que repiten hasta la saciedad lo mucho que trabajan y que dan ganas de estamparlas contra una pared). También se jacta en la entrevista de ser muy tradicional y conservadora, y la prueba de ello es que en la piscina de su casa está terminantemente prohibido lucir bikini. y que no permite bajo ningún concepto que su hija vaya de compras. No sé, de golpe y porrazo me vino un ligero tufillo. Como que me asustaría ir a tomar el té a su casa y ver cómo sus dos criaturas rompen filas en el jardín. ¡Descansen, arrr!
Las estrellas del celuloide también se ponen muy graciosas cuando, recién llegadas al mega-estrellato, teorizan y sentencian en sus entrevistas. Vamos, que les entra la vena filosófica y nos dan lecciones a diestro y siniestro. Y es que no me extraña; con 29 años y un caché de 15 millones de euros por película, teoriza hasta el apuntador. (Algunas estrellas incluso nos toman por el pito del sereno a los lectores: el hermano de Penélope Cruz lanza un disco en breve, y ella, en la página 55 de cierta revistilla, asegura que el disco es "de lo mejor que ha escuchado en su vida", y también dice que es "de una magia descomunal". Hay que enviarle a Pé un par de recopilatorios...) Pero la plebe es lo que tenemos, que no nos damos cuenta del “sacrificio” que supone ser Actriz de Hollywood, les tenemos envidia y les criticamos después de devorar sus entrevistas. Pobrecitas, qué falsos que somos algunos, y es que la perfección no la vemos ni de lejos. No sé, Witherspoon, enhorabuena por la estatuilla, pero pareces un poco rollo. Creo que preferiría tomar el té (a ser posible un gintonic) con Felicity, que seguro que tiene más gracia.

01 marzo 2006

Ayo Silver


Esta mañana tuve que cambiarme de vagón, presa del terror, porque un individuo con chándal se dedicaba a gritar de forma intermitente (como la alarma de un coche) y a pegar manotazos a la barrra a la que se sujetaba. Reconozco que me dejé llevar, quizás sugestionada por el libro que intentaba leer (A Sangre Fría), y pensé que en cuestión de segundos el fulano intentaría estrangularme y arrojar mi cuerpo a las vías. Así que me cambié. Pero voy a lo que voy, que esto no es sano; este tipo de sustos matinales no son sanos. Así que es normal que una tenga ensoñaciones con cabalgar por las llanuras de Arizona o conducir un Cadillac con la melena al viento. Yo es que soy muy peliculera, comprendo que para algunos esto suene a tortura, y más aún hablando del país más odiado en estos momentos. Es igual, mi viaje por la América profunda no me lo quitará nadie. Lo que no me haría tanta gracia es poner mis pies en las zonas fronterizas donde se cargan a los (mejicanos) que intentan cambiar de vida. Eso sí que no, glups, a no ser que me acompañe Tommy Lee Jones, que es un fenómeno, y que en su película nos cuenta todo eso de maravilla. Sé que estoy un poco intoxicada con los vaqueros y todo lo que les rodea, pero la culpa es de casi todo lo que he visto últimamente en el cine: siempre aparece uno por alguna parte (Brokeback Mountain, Walk the line, Los tres entierros, Transamerica, ...) y encima leyendo lo de Capote, que es en Kansas. Ya se me pasará, pero de momento me sirve para sobrevivir a escenitas cotidianas madrileñas. Y nunca se sabe, algún día llegaré a Cuzco en caballo (alado) en vez de en Metro de Madrid.